Cuando una copia del VIH se introduce en una célula humana puede causar estragos. De alguna manera manipula la propia maquinaria molecular de la célula para fabricar copias hechas de material genético del virus y luego esconde dichas copias en los propios genes de la célula. A partir de ahí, las células del huésped se convierten en una fábrica de virus, lo que permite la propagación del VIH por todo el organismo.
Los avances en el tratamiento del VIH han permitido medicamentos que se dirigen a las distintas fases del ciclo vital del virus. Unos impiden que el virus entre en las células, otros que se integre en el ADN, mientras que otros tratan de detener que las células afectadas produzcan más virus. Pero el problema con estos fármacos es que no eliminan realmente las copias del virus que se esconden dentro del ADN de las células, pudiendo permanecer latentes durante años para activarse al cabo del tiempo. Esto hace que las personas con VIH necesiten medicamentos todos los días, aunque sus virus estén latentes, lo que supone un importante gasto farmacéutico, a parte de las complicaciones secundarias asociadas a estos fármacos.
Lo ideal sería disponer de un solo medicamento que pudiera prevenir la infección que causa el VIH, que sirviera también para aquellos pacientes que ya han contraído la infección e incluso para eliminar todas las copias latentes del virus en aquellos con la enfermedad más avanzada. Esto que suena a ciencia ficción, lo está intentando un grupo de científicos del Instituto Salk de EE.UU. La idea se basa en el potente sistema de defensa utilizado por muchas bacterias que funciona a modo de “tijera celular” que reconoce al VIH. Este mecanismo es puramente natural y que se ha perfeccionado a lo largo de la evolución. Este sistema, que se denomina CRISPR, lo utilizan las bacterias para cortar el ADN extraño en zonas determinadas cuando son infectadas por un virus.
Este sistema de defensa molecular emplea trozos de material genético o ARN guía para dirigir dónde tiene que cortar. De esta forma, estos científicos han preparado un ARN guía que se une a lugares específicos del VIH. De esta forma, explican en su trabajo, vieron que este mecanismo modificado cortaba con éxito los lugares correctos en los genes del VIH, lo que producía la inactivación del virus. Y, gracias a estas “tijeras celulares” el virus se eliminaba por completo en cerca del 72% de las células. Y, un dato muy relevante, CRISPR no solo mataba los virus activos, sino también al VIH que estaba oculto y latente en el ADN de las células.
En una segunda fase de su trabajo, los investigadores trataron de añadir el sistema CRISPR a las células humanas antes de que se infectaran con el VIH. Así, vieron que la presencia de las “tijeras celulares” detenía la infección, lo que suponía que CRISPR cortaba las copias del virus antes de que pudieran empezar a replicarse.
La principal ventaja de esta tecnología es que no solo es capaz de eliminar el ADN viral integrado en el genoma humano sino que también es preventivo al eliminar el virus en las primeras etapas de su ciclo de vida, lo que implicaría que pudiera utilizarse como vacuna convencional.
Sin embargo, todavía hay que avanzar mucho en esta investigación para determinar cómo esta tecnología podría utilizarse en humanos y si el VIH es capaz o no de mutar y cambiar para escapar de CRISPR.
Fuente: Publicado en Nature Communications
http://www.nature.com/ncomms/2015/150310/ncomms7413/full/ncomms7413.html