Hasta hace muy poco se pensaba que todas nuestras células eran capaces de regenerarse después de un daño en el tejido correspondiente con la excepción de las células nerviosas. Hace ya algunos años, tras el descubrimiento de las células madre neuronales, se pudo comprobar que esa excepción no era tal y que nuestras neuronas son capaces de seguir estableciendo interconexiones entre ellas incluso, en la edad adulta, mediante la ejercitación mental. Ahora en el sentido contrario se empieza a demostrar que un tipo de células, los condrocitos, que conforman el cartílago y que se pensaba que se regeneraban muy fácilmente, parece ser que no se replican demasiado en la edad adulta.
Esto puede tener algunas consecuencias importantes en relación a los tratamientos diseñados para los daños en el cartílago de las articulaciones, como es el caso de la artrosis y en las artropatías como puede ser la hemofílica.
Hasta ahora se han comercializado muchos medicamentos en base a algunos compuestos (colágeno, condrosamina…) que de alguna manera podrían estimular la regeneración de los condrocitos. También hace menos tiempo se han desarrollado algunos protocolos basados en la utilización de las células madre mesenquimales o de los propios condrocitos para su aplicación en daños articulares. Muchas clínicas sobre todo privadas están haciendo este tipo de terapias. Se pensaba que en daños pequeños y con una muy buena musculatura de apoyo la aplicación de condrocitos o células madre podía solventar el problema articular. Nunca se pensó también que un daño muy severo en una artropatía hemofílica se pudiera solucionar con ello.
Pero es que ahora todo esto se puede venir abajo porque se ha demostrado recientemente que el cartílago articular no tendría capacidad regenerativa en la edad adulta al menos. Esta es la conclusión que se desprende de un relevante estudio publicado en la revista ScienceTranslational Medicine. Los estudios de máxima sensibilidad se han llevado a cabo con la técnica de datación por carbono 14. Este hallazgo implica que la búsqueda de nuevos tratamientos para las enfermedades reumáticas y artropáticas puede resultar más difícil de lo que se pensaba.
Katja Heinemeier [Heinemeier, 2016], de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), y sus colaboradores han observado que el cartílago es un tejido de carácter esencialmente permanente, tanto en personas sanas como en enfermos. Esto explicaría el escaso éxito de los tratamientos de complementación, de los trasplantes de cartílago y de condrocitos y de las terapias con células madre para la artrosis.
Los investigadores emplearon una técnica de datación que explota el hecho de que todos los seres vivos contienen niveles medibles de carbono 14 atmosférico incorporado a través de la dieta. Durante el periodo de Guerra Fría (en los años 50 y 60), los niveles atmosféricos de este isótopo radiactivo se dispararon por las numerosas pruebas nucleares, dejando una huella detectable en todos los animales. La técnica se emplea para estimar la antigüedad de diferentes tipos de tejidos en especial en arqueología.
En este estudio, el equipo de Heinemeier empleó este procedimiento en las articulaciones de la rodilla de ocho individuos sanos y 15 con artrosis nacidos entre 1935 y 1997. En conjunto, la formación de nuevo colágeno detectada fue muy escasa, incluso en el caso de enfermedad, lo que ha llevado a los científicos a concluir que el cartílago es una estructura prácticamente permanente.
Como consuelo nos queda que la implantación de condrocitos y células madre en una articulación podría aliviar de forma local y muy temporal el dolor a modo de lubricante mientras las células se mantienen vivas. Esto siempre y cuando la lesión en el cartílago sea muy leve y con una musculatura muy buena como acompañante. Es evidente que esta situación no es la habitual en los pacientes con hemofilia salvo en aquellos casos en que reciban un tratamiento en profilaxis con factores de la coagulación y se detecten, de forma muy precoz, las lesiones articulares por técnicas fundamentalmente ecográficas de exhaustivo seguimiento.
Fuente:
Heinemeier, y col. Radiocarbon dating reveals minimal collagen turnover in both healthy and osteoarthritic human cartilage. ScienceTranslational Medicine 2016;8:346 346.
Disponible en: http://stm.sciencemag.org/content/8/346/346ra90