Un estudio realizado en Estados Unidos utilizando una simulación por ordenador examina lo qué ocurriría si las pautas para comenzar el tratamiento contra el VIH tuvieran en cuenta el ritmo de desarrollo de nuevos fármacos y su toxicidad.
La simulación encontró que si la toxicidad de los fármacos para el VIH se reduce, en comparación con los fármacos existentes, estos nuevos antirretrovirales pueden incrementar la esperanza de vida en un 11 por ciento (más de tres años).
«Los efectos secundarios del tratamiento siguen siendo uno de los principales motivos por los que los fármacos antirretrovirales son interrumpidos», explica Mark Roberts, de la Universidad de Pittsburgh. «Disminuyendo la toxicidad y los efectos secundarios de estos fármacos, se incrementa el tiempo que los pacientes pueden mantenerse con el mismo tratamiento”.
Algunos efectos como el incremento de riesgo cardiovascular causan problemas que contribuyen directamente a una mortalidad prematura.
Los nuevos fármacos contra el VIH son aprobados para salir al mercado dos veces al año y las pautas recientemente revisadas de la Organización Mundial de la Salud para la iniciación del tratamiento antirretroviral recomienda que todos los pacientes con VIH deben comenzar el tratamiento antes de que el sistema inmune se altere gravemente.