MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) –
La combinación de fármacos orales aún en desarrollo podría llegar a curar «a cerca del 95 por ciento de los pacientes» con hepatitis C, según ha asegurado el presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), el doctor Rafael Esteban, con motivo de la celebración en Madrid del XXXVIII Congreso Anual de esta sociedad científica.
A su juicio, medicamentos como sofosbuvir (Gilead), que está en Fase III, o faldaprevir (Boehringer Ingelheim) abren «una puerta inmensa» para evitar que después haya que trasplantar a estos enfermos, y «para curarlos antes de que desarrollen una enfermedad grave». Para él, la investigación y el tratamiento se está encaminando «a la combinación de fármacos orales sin interferón».
En concreto, Esteban explica que si se bloquea el virus en distintos puntos del propio virus, en moléculas necesarias para la replicación, «se puede conseguir bloquear completamente la reproducción del virus». Por ello, espera la aprobación de fármacos como el sofosbuvir, para el cual la estima «a finales de 2014» en España, y es aplicable a todos los subtipos de la enfermedad.
Sin embargo, reconoce que se están produciendo problemas con los fármacos ya aprobados, ya que «se está produciendo un fenómeno de inequidad para los pacientes» porque la responsabilidad de la prescripción la tiene cada autonomía. «El paciente no tiene las mismas posibilidades de llegar a tener un tratamiento en Valencia, Zaragoza o Madrid; esto crea un problema grave», sentencia.
LA ADMINISTRACIÓN PONE TRABAS A LA CONSECUCIÓN DE LOS TRATAMIENTOS
Esteban sostiene que la Administración «pone trabas a la consecución de estos tratamientos en muchos casos», todo ello, a pesar de que éstos «son claramente coste-efectivos». Para él, los políticos tienen dos opciones: «gastar dinero ahora para curar pacientes y evitar que progresen, o gastar mucho más dentro de unos años porque esos enfermos van a evolucionar y van a presentar cirrosis o cáncer de hígado».
En este sentido se ha manifestado también el vicesecretario de la AEEH, el doctor José Luis Calleja, que indica que los nuevos tratamientos aprobados en 2011 se han incorporado «lentamente» a la práctica clínica. Uno de ellos es telaprevir, comercializado por Janssen como ‘Incivo’; que «aunque a corto plazo tiene un coste importante, a largo plazo puede evitar el trasplante», subraya.
Así se ha evidenciado en un estudio con 200 pacientes que va a ser presentado en el congreso y que, si bien éstos han presentado más efectos secundarios, se han demostrado «mejores resultados». Además, esta terapia aumenta la tasa de curación del 40 por ciento que ha ofrecido hasta ahora el tratamiento basado en la suma de interferón y ribavirina.
En cuanto a las donaciones hepáticas, el secretario de esta sociedad científica, el doctor Xavier Forns, explica que España «sigue siendo el país con mayor índice de donación de Europa». A pesar de ello, expone que «hay pacientes que van a morir en lista de espera» o por el hecho de no cumplir los requisitos para aceptar un órgano.
Sin embargo, sostiene que la supervivencia y la calidad de vida del paciente trasplantado «ha mejorado mucho salvo en pacientes con el virus C», de los cuales, «un 30 por ciento sufre una recidiva». De cualquier forma cree que la situación mejorará para estos pacientes con los nuevos fármacos que vienen, ya que se intentará «erradicar la infección» antes del trasplante.
EL HÍGADO GRASO VA A SER LA ENFERMEDAD DE LAS PRÓXIMAS DÉCADAS
Además, señala que la técnica del donante vivo, que supone entre un cinco por ciento y un siete por ciento del total de donaciones, «es muy compleja y necesita de distintos cirujanos con experiencia». Añadido a ello, indica que se debe «seleccionar muy bien» al donante, ya que existe una mortalidad del 0,2 por ciento.
«Otra opción es utilizar donantes a corazón parado, que representan otro cinco por ciento», continúa Forns. Éstos entran al quirófano «en muerte cerebral» y hacen que, junto a los donantes vivos, se consiga un 10 por ciento.
Por último, el vocal de la AEEH, el doctor Javier Crespo, pone sobre la mesa la importancia de la patología de hígado graso, que «va a ser la enfermedad de las próximas décadas». A su juicio, ésta «se asocia con el síndrome metabólico», el cual está basado, entre otros factores, «en la hipertensión y la obesidad».
En la actualidad, «afecta a entre un 15 por ciento y un 20 por ciento de los adultos», afirma al tiempo que confirma que «sólo un 2 por ciento deriva en enfermedad hepática». Para ella no existe una terapia farmacológica, por lo que enmarca el tratamiento «en un cambio en el estilo de vida y en la intervención quirúrgica o endoscópica de la obesidad».
En cuanto a la investigación en este ámbito, Crespo sostiene que ésta va encaminada «a descubrir que mecanismo hace que se pase de tener grasa inocua en el hígado a padecer una enfermedad hepática». Además, apuesta por descifrar porqué es «más agresiva» en los hombres.